El viento de Santa Ana

Pocas veces leereis esto de mi parte, pero por una vez en la vida estoy contenta de no querer, de no sentir, de no tener ningun dedo de esperanza en aquella perdición que caemos muchas, los hombres.

Se es dicho que cuando las cosas se miran desde fuera los ves todo. No es que lo veas todo, sino que ves la idea general. Pero nunca soy capaz de quedarme mirando una casa, siempre sea como sea, si me interesa, entro. A hortadillas claro.
No soy ninguna ladrona, unicamente pues me gusta ver todo los puntos de vista de las diversas esquinas, y más si la planta es un triangulo. ¿Me seguis verdad? Pues eso.
El caso en el que estaba trabajando era un engaño, para algo son tres puntas, de parte de él. Situandonos así, lo primero que vi fue que el había triunfado, tenia pareja y si no le era suficiente hacia uso de la otra que no fuma delante de multitudes. Em pocas palabras, la novia era la engañada, que se le romperia el corazón y le costaria volver a creer en si misma. Él seguiria con su pedazo racha de suplentes de cariño. Y la otra, quedaria como la otra y punto.

Mi investigación ha llegado a la conclusión de que la novia, con o sin él es más feliz que nadie de los 3, porqué sabe que su cigarro le queda tanto por consumir, pero no lo deja hacer, sino simplemente coge un avión, pasa de una noche al dia, para llegar a Nueva York.
El se quedarà sin el mote del triunfador, ya no valdrá la pena alguien tan usado, encontrara alguna, y con suerte sera igual que él, una capulla de esas que te rompen el coco.
Y la otra, tiene dos opciones, ser siempre la otra o empezar a fumar delante de quien sea sabiendo que no es el cigarro quien ilumina en la oscuridad de la noche, sino sus ojos color miel.

Los triangulos no se evitan me parece, algunos son inevitables, pero...

que vivan los que tienen dolor de cabeza por amor! saben que tienen sentimientos!!





Que vivan las vacaciones, si hay borrachos fabulosos detras de tu puerta de casa y vientos de Santa Ana, donde nunca se sabe que puede pasar.